La rehabilitación de fachadas es un aspecto crucial en el mantenimiento y conservación de edificios. Entre las diversas soluciones disponibles en el mercado, las fachadas ventiladas se han consolidado como una opción sostenible y eficiente.

A continuación, te explicaremos qué son las fachadas ventiladas, cómo funcionan y por qué podrían ser la solución perfecta para tu proyecto de rehabilitación.

Cómo son las fachadas ventiladas

Las fachadas ventiladas son un sistema constructivo innovador que se ha vuelto cada vez más popular en la rehabilitación y construcción de edificios. Este método consiste en la instalación de una segunda piel exterior, también conocida como revestimiento, que se coloca a cierta distancia de la fachada original del edificio, creando una cámara de aire entre ambas superficies.

Esta segunda piel puede estar compuesta por diversos materiales como aluminio, piedra natural, cerámica, vidrio, madera o paneles de fibrocemento, entre otros. El sistema de anclaje empleado en las fachadas ventiladas es clave en su funcionamiento y eficiencia, ya que garantiza una correcta circulación de aire y evita la transmisión de cargas hacia la estructura original del edificio.

Además de ser una solución estética y moderna, las fachadas ventiladas también brindan ventajas medioambientales y de eficiencia energética, convirtiéndolas en una opción atractiva para propietarios, arquitectos y constructores.

Principales funcionalidades de estas fachadas

El funcionamiento de las fachadas ventiladas se basa en la creación de una cámara de aire entre la fachada original y la segunda piel exterior. La circulación de aire en esta cámara se produce por el principio físico del efecto chimenea o «stack effect», en el cual el aire caliente tiende a ascender debido a su menor densidad.

Cuando el sol incide sobre la segunda piel de la fachada, esta se calienta y, a su vez, calienta el aire contenido en la cámara. Al aumentar su temperatura, este aire se vuelve más ligero y asciende, siendo evacuado por la parte superior del sistema de fachada ventilada. Este flujo de aire continuo crea una barrera térmica que evita que el calor se transmita hacia el interior del edificio en verano, manteniendo una temperatura más fresca y agradable.

En invierno, el proceso es similar pero en sentido inverso. El aire frío exterior se calienta al entrar en contacto con la fachada original, que se encuentra a una temperatura más elevada debido al calor generado en el interior del edificio. Este aire caliente asciende por la cámara y es reemplazado por aire frío, creando una barrera térmica que minimiza la pérdida de calor hacia el exterior.

Las fachadas ventiladas actúan como un aislante térmico dinámico, mejorando la eficiencia energética del edificio y reduciendo la demanda de climatización en todas las estaciones del año.

Ventajas de las fachadas ventiladas

Son distintas las ventajas que nos proporcionan. A continuación os dejamos con las principales. 

  • Aislamiento térmico: La cámara de aire actúa como un aislante térmico, reduciendo las pérdidas de calor en invierno y evitando el sobrecalentamiento en verano. Esto se traduce en un menor consumo energético y ahorro en la factura de climatización.
  • Aislamiento acústico: La doble piel de la fachada ventilada ayuda a reducir la transmisión de ruidos del exterior al interior del edificio, proporcionando un mayor confort acústico.
  • Protección de la fachada original: La segunda piel exterior protege la fachada original del edificio contra la humedad, la contaminación y los cambios bruscos de temperatura, prolongando su vida útil.
  • Estética y personalización: Las fachadas ventiladas pueden ser diseñadas con una amplia variedad de materiales y acabados, lo que permite adaptar el aspecto exterior del edificio a los gustos y necesidades del cliente.
  • Facilidad de mantenimiento: Al ser una estructura separada de la fachada original, su mantenimiento y reparación es más sencillo, reduciendo los costes a largo plazo.

Las fachadas ventiladas son una solución eficiente y sostenible para la rehabilitación de fachadas, ofreciendo múltiples ventajas tanto en términos de aislamiento térmico y acústico como de protección y estética del edificio. Además, rehabilitar una fachada es deducible, por lo que esta reforma también ofrece beneficios fiscales. Si estás considerando un proyecto de rehabilitación de fachadas, no dudes en explorar las posibilidades que las fachadas ventiladas pueden ofrecer para mejorar el rendimiento y la apariencia de tu edificio.